Tras el cierre de la librería Escorpión Azul y la liquidación de la misma, circularon memes y mensajes que apuntaban a uno de los socios, Guido Arroyo, de haber estafado a personas del campo editorial independiente chileno: problemas en sociedades, derechos de autor impagos, publicar libros sin otorgar contratos de edición y cerrar fondos sin haberlos realizado.