Lo de NeoPaquita me parece súper bonito.
Por un lado, creo que es un gran ejemplo de cómo las personitas se pueden organizar y montar sus rinconcines digitales. Y por el otro, visibiliza lo que cuesta el peine digital: que montar un proyecto es más fácil que mantenerlo, que hay que pagar servidores, que hay que tomar decisiones, que hay que echar horas técnica y humanamente.
En definitiva: que la libertad es responsabilidad. Y que cuando falta esa responsabilidad, es posible ponerse de acuerdo para solventar el problema.
Me alegran mucho los proyectos colectivos porque creo que hacen del Fedi un espacio más convivencial, resiliente y sostenible. ¡Feliz migración, neopaquiters!
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